sábado, 7 de junio de 2008

Deside tu destino


· En una micro:

Me siento, y al lado mío se sienta una señora, la cual me pregunta por una calle, y yo le respondo
yo le diré en donde se tiene que bajar, ya que yo me bajo mucho mas alla (es muy lejos).

La señora me pregunta; ¿Y usted, porque va tan lejos?

Y yo le respondo; Voy a ofrecerle mi ayuda a una persona.

Ella responde; ah!

Y yo le pregunto; ¿Quiere que le cuente la historia?

Ella responde; Si! Me encantaría oírla.

Comienzo

Llego a una calle algo obscura, veo a una pequeña sentada en el asfalto, muy solitaria. Acaba de salir de su casa, su padre llego borracho y le comenzó a gritar a ella y a su madre. Ella no lo soporta mas y decide salir de su casa.

Desde la calle se escuchan los gritos de su madre con el padre.

En ese momento llego yo y le extiendo la mano, ella dudosa de mi no me la da inmediatamente.

Me la da y yo la llevo a caminar y le digo; Quiero caminar un rato contigo, te mostrare muchas cosas, no espero que entiendas, eso será decisión tuya.

Quiero hablarte de algo, de seguro no esta en tus planes, tampoco en los míos, intentare solamente expresarme correctamente.

Solo quiero que sepas del amor que sienten algunas personas, pero eso no es suficiente en la vida, a pesar de ello, muchos lo siguen intentando, pero también muchos piden de mi ayuda, como tu, y yo no dudo en brindárselas.

Llegamos al lugar que estaba buscando, es un edificio, subimos al ultimo piso, es una azotea, luego miramos y yo le señalo algo.

Abajo del edificio a tres cuadras, están asaltando a una anciana, le da un paro cardíaco y muere.

Luego le señalo otro punto, es un hombre joven de 30 años, el tiene tres hijos y no tiene como alimentarlos, decide salir a pensar un poco y justo cuando va caminando mira hacia la calle y ve tirada una billetera con ochocientos mil pesos, la recoge y sin mirarla se la echa al bolsillo

Tomo de la mano a la pequeña y salimos del edificio, comenzamos a caminar por las calles, nos detenemos un instante y le digo, de forma suave y calmada, hay quienes jamás tendrán la opción de decidir y solo actuaran sin pensar en las consecuencias. Pero tu ahora tienes el poder de decidir.

Por al lado nuestro pasa corriendo aquel hombre joven, con la billetera en el bolsillo, pero justo están asaltando un banco en la esquina, sale uno de los ladrones del banco y se topa con este hombre, el ladrón nervioso por el asalto se le escapa un tiro de la pistola y le llega directo a una mujer que estaba de la mano con su hija de 10 años, el tipo sale corriendo.

La madre le suelta la mano de su hija y cae al suelo sangrando.

La hija llora inconsolablemente y el hombre de 30 años se pone histérico por lo sucedido, llega la policía y le piden al hombre que por favor los acompañe a una ambulancia, el hombre mientras es calmado, un policía le revisa los bolsillos para ver su identificación y saca una billetera, la que el hombre se había encontrado en la calle, el policía lo detiene y lo lleva a la comisaría.

La pequeña me agarra fuerte de la mano, yo me agacho y le digo; ves lo injusta que puede llegar a ser la vida.

Y seguimos caminando.

A unas cuadras mas allá, en una casa vemos a aquel señor que vende pan, viendo los números de la lotería, escucha atentamente novecientos mil millones de pesos, de pronto grita y da un brinco de alegría, comienza a gritar el nombre de su mujer ¡Marta, Marta!, la busca por todos lados pero no la encuentra, abre la puerta del baño y la ve ahí tirada en la tina, con las muñecas cortadas, se había suicidado, ya que no tenían el dinero suficiente para pagar la operación de su hijo menor.

La pequeña me mira, con una mirada queriendo pedirme alguna explicación de todo lo sucedido, nos detenemos, la miro, y le explico que en la vida hay un sinfín de malas decisiones, la gente en algún momento de la vida colapsa y no se encuentran con soluciones factibles y deciden tomar el camino fácil, y es ahí donde piden de mi ayuda y yo siempre estoy ahí para ayudarlos, de eso se trata mi trabajo, anda a la cocina, toma un cuchillo y me veras, entra al baño agarra unas tijeras y ahí estaré. Se nota en mi ropa, se ve en mi cara, pero no en mi alma, ya que no la tengo, no tengo remordimiento ni conciencia, tampoco moral, no soy quien para decidir si algo es bueno o malo, soy solo uno mas.

Ahora te pregunto ¿lo entiendes?.

La pequeña se sienta en el asfalto, me mira con cara de confusión y muy perturbada, yo solo le digo que confíe en mi, que junto a mi se acabara el sufrimiento, yo tengo la solución a sus problemas, yo la podré ayudar, le extiendo la mano.

Ella piensa un momento y vuelve a escuchar a su madre gritar, esta vez su padre la golpeo, me mira, me da la mano, y ya firmo el contrato.

Nos vamos de la mano caminando juntos.

En la micro:

La micro se detiene y le digo a la señora que esta es su parada.

La señora se baja, y estando ya abajo de la micro, me grita.

¡Como ago para volver haberte!

Y yo le digo, ¡Yo iré donde usted! Nos veremos muy pronto.

2 comentarios:

Kaede.- dijo...

(deCide)


Excelente narraciòn, muy intensa. Me gustò.

Lucas dijo...

Me Gusto Mucho, buen final, inesperado, me pararece muy bien que escribas asi, cuando veremos otro cuento en la casa de sueño?